5 síntomas de que has caído en el “Teatro de la innovación”

Jorge Peralta
4 min readFeb 7, 2021

Hoy que todos hablan de innovación es fácil de caer en la tentación de subirse al tren de las modas y descuidar el propósito real que te empuja a desarrollar las iniciativas de innovación en tu organización.

Innovar es poner el futuro en la agenda presente con la intención de hacer los ajustes necesarios en el modelo de negocio para mantener vigente la propuesta, para mantenerse en la preferencia de los clientes, para adelantarse incluso a necesidades que los clientes no son capaces de explicar con claridad. Todas esas acciones tienen el propósito de proyectar a la organización en el tiempo, más allá de las circunstancias adversas del entorno.

Innovación es realizar cambios para generar más valor, porque de otra forma no se trata de innovación, podrán ser procesos creativos o de generación de ideas, pero sino hay un valor incremental no se pude hablar de innovación. Ese cambio con valor requiere un rumbo, un propósito claro, una intencionalidad, que define qué es lo que se busca con un proceso de innovación. Propósitos claros como la eficiencia operativa, crecimiento, rentabilidad, transformación son elementos clave para entender cuáles son los frutos que la organización busca de la innovación.

El conflicto se genera cuando se confunden los propósitos de la organización con las necesidades de los clientes, dando prioridad a los primeros y dejando al cliente como un simple instrumento para conseguir sus objetivos propios. En la mayor parte de los casos los clientes no están interesados en tu plan de negocio ni en tus metas, ellos están interesados en resolver sus problemas.

Esta situación implica, que necesariamente la mirada se ponga en los clientes para tratar de resolver sus necesidades de forma simultánea con el cumplimiento de objetivos internos; son rutas con una lógica distinta que necesitamos hacerlas coincidir. De esta forma, profundizar en los retos del cliente será el camino más adecuado para lograr los objetivos propios, o al menos se trata de la ruta mas eficaz a largo plazo para asegurar el futuro de la organización agregando valor a sus clientes.

Desafortunadamente las propuestas en cualquier compañía no son eternas, los mercados cambian, los clientes cambian de hábitos y las tendencias tecnológicas lo van transformando todo y las organizaciones pueden ir por dos rutas: adaptándose o proponiendo los cambios. Es difícil entender el origen de los cambios, cuando estos se generan por adaptación al entorno o por presión de los clientes, o bien cuándo se realizan por iniciativa propia; el asunto central es que el cambio es indispensable para perdurar en el tiempo.

Ante los ajustes constantes en el entorno y en los mercados, algunas organizaciones se preparan para procesos de cambio sistemático, formando estructuras, siguiendo un proceso con el objetivo de darle orden y foco al esfuerzo de innovación. Sin embargo, esas iniciativas siempre tienen la presión de supeditarse a las prioridades de la operación, pasando en ocasiones a un segundo plano, o bien se someten a métricas relacionadas con explotación del modelo de negocio actual que no son adecuadas para medir su actuación.

Esas presiones por asemejarse al mundo de la explotación, desvía el foco de lo importante y lleva a las personas responsables de la gestión de los proyectos de innovación a perder la brújula. El resultado provoca que el esfuerzo empleado carezca de valor y se convierte en un teatro: el teatro de la innovación.

Algunos síntomas de que la función de innovación ha perdido el rumbo, el propósito o su razón de ser, son las siguientes:

1) Falta de estrategia. Falta de alineamiento con la estrategia. Los proyectos no están conectados con la visión de futuro de la empresa ni se enfocan en sus prioridades.

2) Confundir Innovación con creatividad. Algunos profesionales suelen poner la esencia de la innovación en la creatividad. Si bien el proceso creativo es parte importante de la innovación, tener buenas ideas no es suficiente para convertirlas en proyectos rentables. En ocasiones abundan los hackatones, eventos, postits, shows, etc., sin un foco en el resultado del proceso de innovación.

3) Falta de método. No se cuenta con un proceso ordenado con reglas claras que permitan una ruta sistemática para dar rumbo al desarrollo de proyectos. Faltan métricas para saber si los proyectos avanzan o no con los objetivos.

4) Falta de liderazgo en los proyectos. Sin liderazgo, sin responsables claros del avance de los proyectos, éstos no tendrán avance concreto ni se orientarán a temas relevantes para la organización.

5) Falta de una red de colaboración. No existe la organización con talento y recursos ilimitados, siempre será importante buscar la colaboración dentro y fuera de la organización para ampliar horizontes para el descubrimiento de oportunidades y la solución de los retos planteados.

La innovación es un proceso arduo, complejo que requiere de un conocimiento específico, como sucede en cualquier otra área de la empresa. No es un lugar para improvisar porque esta en juego el futuro de las organizaciones.

Confundir los procesos creativos con procesos de innovación lleva a las organizaciones a ser generadores constantes de ideas interesantes pero que no logran convertirse en proyectos que impulsen la diferenciación y la rentabilidad de la empresa. En la mayor parte de las organizaciones suelen abundar las buenas ideas, lo que mas se les dificulta es un proceso que convierta esas ideas en proyectos rentables.

En un futuro el tener un departamento enfocado en la gestión de proyectos de innovación será tan común en las organizaciones como hoy lo es el departamento contable o comercial. La innovación esta dejando de ser una moda, un lugar común para formar parte del ADN de las organizaciones que se transforman ante los cambios en el entorno y también las que con sus cambios provocan que los mercados se transformen.

Jorge Peralta

@japeraltag

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Jorge Peralta

Ayudo a empresas a crecer y transformarse mientras operan su modelo de negocio actual Intrapreneurship&Corporate Innovation Expert / CEO Idearia Lab