No permitas que tu experiencia se convierta en soberbia

Jorge Peralta
5 min readFeb 24, 2025

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¿Te has detenido a pensar en el papel que juega tu experiencia en las decisiones que tomas cada día? Cuando escalamos posiciones en nuestras organizaciones y acumulamos años de trayectoria, es natural sentir que hemos ganado un criterio sólido. Sin embargo, existe un riesgo latente: usar esa experiencia como un escudo contra el cambio. Adam Grant lo advierte con claridad en Originales:

“En un mundo que cambia rápidamente, las lecciones de la experiencia pueden fácilmente señalarnos la dirección equivocada”.

La experiencia como trampolín, no como freno

Malcolm Gladwell popularizó la idea de que se necesitan al menos 10,000 horas de práctica para dominar una disciplina. Esto nos enseña que la maestría no se logra de forma instantánea; es fruto de la constancia y el aprendizaje continuo. Sin embargo, una vez que alcanzamos cierto grado de éxito, corremos el peligro de acomodarnos en la complacencia.

Tal como señala Xavier Marcet en su libro Cosas que aprendemos después:

“Admiro a las personas que no traducen su experiencia en soberbia”.

Si nuestra experiencia nos lleva a creer que lo sabemos todo, dejamos de escuchar, de explorar nuevas ideas y de reconocer que el mercado y la tecnología evolucionan sin descanso.

Evolucionar para no quedarse atrás

José Antonio de Miguel, especialista en modelos de negocio y metodologías ágiles, enfatiza la importancia de validar constantemente nuestras suposiciones y estar abiertos a desaprender lo que ya no funciona. Esto es especialmente relevante para CEOs y líderes de innovación que, tras años de éxitos, podrían caer en la tentación de aferrarse a prácticas que dieron resultados en el pasado, pero que hoy podrían resultar obsoletas.

Un ejemplo claro de evolución constante es Netflix, que comenzó como un servicio de renta de DVDs por correo y luego se transformó en una plataforma de streaming. Más tarde, dio otro salto al convertirse en productora de contenido original. Si se hubiera aferrado a su modelo inicial, difícilmente estaría en la posición de liderazgo que ostenta hoy.

Por el contrario, la historia de Kodak ilustra el otro extremo: pese a ser pionera en tecnología digital, se mantuvo anclada a su negocio de rollos fotográficos y terminó perdiendo relevancia. La lección es clara: la experiencia y el prestigio del pasado no garantizan la vigencia futura.

La humildad como punto de partida

Para un liderazgo efectivo y libre de arrogancia, la humildad es vital. Implica:

  1. Reconocer que no lo sabemos todo: Por muy amplia que sea nuestra trayectoria, siempre hay margen para aprender de otros, ya sean colaboradores más jóvenes o expertos en áreas distintas a la nuestra.
  2. Fomentar la retroalimentación continua: Crear espacios donde el equipo se sienta seguro para compartir ideas, cuestionar decisiones y proponer mejoras.
  3. Aceptar el cambio como constante: En lugar de ver la disrupción como amenaza, asumirla como una oportunidad para reinventar procesos y productos.

Tecnología como aliada, no como sustituta del management

Tendayi Viki, en su obra Pirates In The Navy, destaca la importancia de integrar la mentalidad emprendedora dentro de las corporaciones para renovar el modelo de negocio. La tecnología es una palanca fundamental para ello, pero no debe confundirse con la esencia del management. Por muy avanzada que sea una herramienta digital, no puede reemplazar el criterio humano ni la visión estratégica. En cambio, sí puede potenciar nuestra capacidad de análisis y ejecución cuando se aplica con inteligencia.

  • Potenciar, no reemplazar: Las herramientas tecnológicas refuerzan la excelencia operativa, descubren nuevas oportunidades y enriquecen el liderazgo. Pero la última palabra la sigue teniendo el juicio humano.
  • Integración consciente: Invierte en tecnologías alineadas con la estrategia global de la empresa, sin perder de vista el sentido común y los objetivos de largo plazo.

Mantén los pilares esenciales del management

Incluso en esta era de cambios vertiginosos, hay tres pilares que no pierden vigencia:

  1. Búsqueda de resultados concretos: La rentabilidad y el crecimiento sostenible siguen siendo la meta de cualquier empresa, independientemente de las modas o tecnologías de turno.
  2. Identificación de nuevas oportunidades a través de la innovación: Explorar de manera constante áreas de negocio emergentes o mejoras en el modelo existente es clave para no quedarse rezagado.
  3. Liderazgo de equipos con visión de futuro: Formar y guiar equipos capaces de adaptarse a los retos presentes y anticiparse a los venideros es la base de una organización sólida.

Cuando estos pilares se combinan con la humildad, el criterio y el uso adecuado de la tecnología, la experiencia deja de ser un obstáculo y se convierte en un trampolín para la generación de valor a largo plazo.

Salir de la zona de confort para liderar

Si algo hemos aprendido de la historia de los grandes corporativos es que aferrarse a lo que un día funcionó puede conducir a la inercia. La innovación no es opcional; es una necesidad imperativa para quienes desean mantener el liderazgo en su sector.

La experiencia debe nutrir nuestra capacidad de anticipar, pero no puede cerrarnos a las nuevas tendencias o a las voces disruptivas. Un CEO o líder de innovación que convierte su trayectoria en una barrera para el aprendizaje se priva de las oportunidades que se presentan en el mercado.

En cambio, quien combina la sabiduría adquirida con la curiosidad, la escucha activa y la experimentación controlada estará mejor posicionado para guiar a su organización hacia el futuro. En palabras de Adam Grant:

“Si no estás dispuesto a cuestionar tus propias creencias, no podrás crear nada verdaderamente original”.

Conclusión

La clave para un liderazgo sólido y duradero radica en integrar la experiencia con la humildad y el sentido común, mientras se aprovechan las ventajas de la tecnología sin perder de vista la esencia del management. Mantener una mentalidad abierta, cuestionar nuestras propias suposiciones y fomentar la innovación continua son acciones que distinguen a los líderes que evolucionan de aquellos que se estancan.

No se trata de desechar la experiencia o de rechazar la tecnología, sino de utilizarlas como aliadas para enfrentar la incertidumbre con confianza. La humildad, el criterio y la apertura al cambio son el mejor antídoto contra la soberbia y el conformismo. Así, CEOs y líderes de innovación pueden convertir la incertidumbre en un motor de crecimiento, manteniendo a sus organizaciones en la vanguardia de un mercado cada vez más competitivo.

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Written by Jorge Peralta

Ayudo a empresas a crecer y transformarse mientras operan su modelo de negocio actual Intrapreneurship&Corporate Innovation Expert / CEO Idearia Lab

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