Pensar en positivo, pensar en grande
Tal vez las perspectivas económicas de nuestro entorno no sean las mejores. En México, por ejemplo, las proyecciones de crecimiento económico son francamente bajas, y venimos de un periodo con el menor crecimiento de los últimos 20 años.
A primera vista, el panorama parece negativo. Todos los días recibimos malas noticias sobre inseguridad, falta de estado de derecho y posibles ataques comerciales de nuestro principal socio regional. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de interpretar la realidad de manera distinta. La clave está en cómo miramos el presente y proyectamos el futuro.
Aquí comparto algunas posturas que pueden ayudarte a ver el futuro con una perspectiva diferente:
- Nada es para siempre. Ni las victorias ni los fracasos son permanentes. Las crisis tampoco lo son, y afrontarlas con la actitud correcta nos permitirá superarlas de mejor manera.
- Siempre hemos salido adelante. A lo largo de la historia, hemos enfrentado desastres naturales, crisis políticas y económicas. Muchas empresas han sufrido, pero otras han encontrado grandes oportunidades en medio de la adversidad.
- Pensar en lo individual, no solo en el sector. Las crisis afectan a sectores completos, pero las soluciones son individuales. Nadie vendrá a resolver la situación de todos. Y si, por alguna razón, llegara una solución general, ¿dónde estaría nuestra diferenciación?
- No refugiarnos en éxitos del pasado. No debemos confundir años de experiencia con capacidad de adaptación. Las soluciones que funcionaron en el pasado no siempre serán aplicables en nuevos contextos.
- Aceptar el momento complicado y enfocarse en lo esencial. La resiliencia y la asertividad nos ayudarán a tomar mejores decisiones y a centrarnos en lo que realmente nos sacará adelante.
- No dejar que el miedo paralice. Casi todo problema tiene solución si lo analizamos con la perspectiva adecuada. Es importante no perder la confianza en nuestras capacidades y hacer un alto en el camino para tomar decisiones con claridad.
- Apostar por el talento. No se trata solo de reducir gastos; si centramos toda nuestra estrategia en recortar costos, generaremos más crisis. En cambio, debemos invertir con visión de futuro y sostener esas apuestas, incluso cuando los resultados no sean inmediatos.
- Gestionar bien los recursos escasos, sobre todo el tiempo. Es necesario atender lo urgente, pero sin descuidar lo importante. Solo lo importante nos permitirá generar el impulso necesario para salir adelante.
- Saber preguntar. Hay que tener la humildad de pedir consejo y escuchar a quienes van unos pasos adelante de nosotros en cualquier tema.
- Reconocer la importancia de la comunidad. Siempre hay una comunidad en la que podemos apoyarnos y a la que podemos aportar valor.
Es necesario hacer un alto en el camino para reflexionar, levantar la mirada y ver las cosas en perspectiva. Tomarnos el tiempo de leer, de escuchar a quienes nos inspiran y de replantearnos nuestras metas nos permitirá refrescar nuestra visión y elegir, una vez más, un futuro que nos ilusione.
La ambición es clave en este proceso. Construir una empresa sin sacrificio es una ilusión; muchas personas abandonan el esfuerzo tras alcanzar cierto éxito. La verdadera madurez empresarial se demuestra manteniendo la humildad en los momentos de triunfo y la fortaleza en los momentos de crisis.
Estamos comenzando el año. Apenas inicia el segundo mes y nunca es tarde para revisar nuestras metas, objetivos e ilusiones. También es un buen momento para cuestionar los resultados del pasado y reflexionar sobre si nuestras metas debieron plantearse antes. Nunca es tarde para hacerlo. Y si estás en ese proceso, aquí te comparto algunos puntos que también quiero aplicarme a mí mismo:
- Ponte metas grandes y ambiciosas. Como decía mi profesor Carlos Llano: “Prefiero que te pongas metas grandes y te quedes corto, a que te pongas metas mediocres y las cumplas todas.”
- Huye de la mediocridad. A nadie le gusta la mediocridad, pero muchas veces nos dejamos llevar por el miedo o la pereza, y terminamos ajustando nuestras metas al esfuerzo que estamos dispuestos a hacer.
- Encuentra los motivadores correctos. No todo gira alrededor de lo económico. Una buena dosis de deseo de cambiar el mundo y ser auténticos siempre ayuda.
- No pierdas el deseo de aprender. Hay que cuidarse de la soberbia intelectual. Cuando creemos que ya sabemos demasiado, dejamos de aprender, dejamos de escuchar y comenzamos el camino de regreso.
- Comparte lo que sabes. Se llega más lejos cuando se va acompañado, aunque el camino parezca más difícil y tardado.
Hacer empresa no es para todos, pero si es tu vocación, nada te hará más feliz que ver a tus clientes satisfechos y a tus aliados disfrutando de hacer negocios contigo. Da siempre más de lo que se espera. No sabemos cuándo ni cómo, pero siempre regresa con creces.
Un viaje con inspiración
Recién regreso de una semana de trabajo en Barcelona. Me ha sorprendido su historia, el cuidado por los detalles, el amor por su lengua y su cultura, la cantidad de personajes de talla mundial que han nacido en esa tierra, la pujanza de su economía y su dinamismo empresarial. Su deseo de trascender y pensar en grande me ha cautivado.
Disfruté de conversaciones enriquecedoras con buenos amigos como Pablo Vega, Xavi Marlasca, Alejandro Moreno, Joan Fontrodona y Miguel Oquendo. También recordé a catalanes que me han dejado huella, como Joan Ginebra y Jordi Cevallos, y a una fuente de inspiración constante: Xavier Marcet, a quien agradezco el tiempo que generosamente siempre está dispuesto a dar.
Xavier Marcet es de esas personas con quienes uno quisiera tener siempre una libreta a la mano para anotar sus ideas. De él he aprendido, entre otras cosas, la importancia de la brevedad: “Para la sofisticación, sirve cualquiera, pero la sencillez está en manos de pocos.”
Este viaje me ha recordado la importancia de la reinvención continua, de buscar nuevas inspiraciones y de seguir en un proceso constante de aprendizaje. Sin duda, volveré pronto a tomar esa inspiración que necesito para seguir sirviendo mejor a los demás.
Jorge Peralta
@japeraltag
@idearialab